¿Qué son los arrecifes? ¿Qué son los corales?

Son grandes estructuras marinas rocosas que se forman a partir de los esqueletos calcáreos duros de organismos conocidos como corales. Los corales viven en colonias que se asocian a lo largo del tiempo formando ciudades submarinas que llamamos arrecifes. Se trata de un ecosistema muy productivo que mantiene una gran biodiversidad incluyendo microorganismos, invertebrados y peces que viven entre estas estructuras acuáticas de colores.

Centroamérica y el Caribe contienen la segunda barrera arrecifal más larga del planeta con 1.000 km de longitud, desde México hasta Honduras, es la Barrera Arrecifal Mesoamericana. El arrecife más grande del planeta es la Gran Barrera Arrecifal de Australia.

Cada coral individual se denomina pólipo y pertenece al mismo grupo de organismos que las medusas y las anémonas y, al igual que ellas, tienen tentáculos. Los pólipos del coral tienen la habilidad de producir un esqueleto calcáreo externo duro, para proteger sus cuerpos blandos. Este esqueleto es el que va creciendo al formarse las colonias de pólipos y va creando los arrecifes, que están formados por esqueletos muertos y vivos. Los corales son muy llamativos debido a sus curiosas formas y colores, que los hacen parecer plantas o árboles. Por eso, a menudo, se confunden con especies vegetales, pero son animales y no plantas. Los corales viven adheridos a ese sustrato rocoso y no tienen la capacidad de desplazarse.

Los corales tienen una enorme peculiaridad: son, en realidad, la combinación voluntaria entre un animal (pólipo) y un alga microscópica que da color a los corales (algas coralinas). Si el alga no está, o se muere por exceso de calor en el océano, los corales se blanquean porque recuperan el color original del carbonato cálcico de sus exoesqueletos.

Estudio de corales blanqueados en Quintana Roo, México, 2017. (Autora: Melina Soto, Healthy Reefs Initiative)

El coral es, por lo tanto, un organismo simbionte facultativo, donde el pólipo y el alga se ayudan, aunque pueden vivir separados. Así pues, aunque los pólipos del coral usan los tentáculos para obtener alimentos como el zooplancton, la mayoría de los nutrientes que necesitan los consiguen a través de estas algas microscópicas coralinas. Por ese motivo, los corales en el trópico se sitúan en la superficie del mar, a una profundidad donde aún llegue la luz solar para que las microalgas puedan realizar la fotosíntesis (en torno a un máximo de 25 metros de profundidad).

Trabajos de monitoreo sobre la especie coralina Acropora palmata para evaluar su estado de salud utilizando el protocolo de Evaluación Rápida de Arrecifes del Atlántico y del Golfo (AGRRA) en Tankah-Cuevitas, México 2016 (autor: Luis Leal, Healthy Reefs Initiative).

Los corales más espectaculares viven en el trópico y su origen de formación se sitúa en El Triangulo del Coral entre Asia, Filipinas, Malasia y Papúa Nueva Guinea. Son los más espectaculares por su diversidad de colores, gracias a las algas coralinas, y por las condiciones ideales de temperatura y nutrientes que les hace crecer muy rápido y con formas muy diversas. Sin embargo, los corales pueden vivir sin las algas y en zonas templadas del planeta se les puede encontrar a grandes profundidades, perdiendo los colores.

¿Qué daños sufren los arrecifes y los corales?

Blanqueamiento

Los corales son brillantes y coloridos gracias a las algas microscópicas coralinas (zooxantelas) que viven dentro de ellos. Las algas y los pólipos viven en una relación simbiótica ayudándose mutuamente a sobrevivir. Sin embargo, cuando la temperatura del océano cambia (se enfría o se calienta por un tiempo sostenido, por ejemplo: más de 4 días por encima de los 26 °C), los corales se estresan y expulsan las algas. A medida que las algas se van, el coral se blanquea porque recupera el color original de su exoesqueleto calcáreo.

El blanqueamiento de los corales es reversible: cuando la temperatura del mar se recupera, las microalgas vuelven a establecerse. Sin embargo, la recurrencia y la duración cada vez más extendida de los eventos de calor oceánico en el Caribe debilita a los corales. Los corales debilitados pueden morir, pero las consecuencias más dañinas del blanqueamiento repetitivo es su mayor susceptibilidad a otras enfermedades.

Los años 1998, 2005 y 2015-2017 han visto los mayores eventos de blanqueamiento en el Caribe de las últimas décadas, coincidentes con el blanqueamiento en corales tropicales de todo el planeta, por el efecto de El Niño y de la Oscilación del Atlántico Norte.

Blanqueamiento de Orbicella en el Caribe Yucateco. Fuente: Israel Muñiz, CIVESTAV-México

Enfermedad Síndrome Blanco (SCTLD)

Hay una grave enfermedad que provoca pérdida de tejido de coral duro, se conoce como Síndrome Blanco (Stony Coral Tissue Loss Disease -SCTLD, por sus siglas en inglés-) y está afectando a más de 20 especies de corales duros en el Caribe.

Las imágenes de 2018 y 2019 frente a la costa de México muestran corales afectados por SCTLD, enfermedad de pérdida de tejido de coral duro, que se ha extendido por todo el Caribe. (Vídeo: Lorenzo Álvarez-Filip, BARCO LAB)

Se trata de un daño irreversible que está produciendo mortalidades muy altas (más del 50 %) del coral pétreo en los arrecifes de Florida y del Caribe Yucateco, donde se halla muy extendido. Si bien las enfermedades no son poco comunes en los arrecifes de coral, la SCTLD representa una amenaza particularmente importante para los arrecifes del Caribe debido a su amplio rango geográfico, duración extendida, altas tasas de mortalidad y el gran número de especies de coral afectadas.

Se sospecha que la SCTLD es causada por patógenos bacterianos y puede transmitirse a otros corales a través del contacto directo y la circulación del agua. Actualmente se están realizando muchos esfuerzos para identificar los agentes patógenos, relaciones con factores ambientales, estrategias para tratar colonias enfermas e identificar genotipos de corales que son resistentes.

Daños cinéticos por huracanes

Los huracanes y las tormentas tropicales dañan a los corales de varias maneras:

Taninos de color rojo procedentes de las hojas y suelos de manglar inundados tras las tormentas tropicales del 2020 en la laguna costera de Celestun, México, y su vertido en el mar. Fuente: CINVESTAV

Otros elementos de estudio

CORESCAM participa en los siguientes objetivos de desarrollo sostenible: