¿Por qué es importante?
El proyecto CORESCAM es de gran importancia para el Caribe, pero también lo es para otras regiones tropicales que están viendo incrementadas las frecuencias e intensidades de eventos climáticos extremos.
Los siguientes puntos resumen su relevancia:
Región centinela del Cambio Climático
Estudiar y comprender lo que ya está ocurriendo en el Caribe con los ecosistemas costero-marinos y su capacidad de recuperación tras eventos climáticos extremos es un buen indicador de lo que pueda ocurrir en otras regiones del mundo afectadas por situaciones similares, como Filipinas y Asia-tropical frente a la incidencia de tifones. Las respuestas observadas en CORESCAM son centinelas que pueden dar el grito de alerta en otras regiones.
Hotspot de biodiversidad planetaria
Centroamérica y el Caribe son “puntos calientes” de diversidad biológica del planeta. Como ejemplo, sus 11,000 especies censadas de plantas, muchas de ellas solo presentes en esta región, y su diversidad social con 26 etnias asociadas a la costa. Esta megadiversidad se debe a su larga historia como enclave entre dos continentes (América del Norte y del Sur), entre dos océanos (Atlántico y Pacífico) y una variada topografía (elevaciones de casi 5.000 m desde el nivel del mar) que favorece la diversidad de hábitats. Como resultado, la región contiene dos corredores biológicos terrestres: el Corredor Biológico Mesoamericano y el Corredor Biológico Caribeño, la segunda barrera arrecifal más grande del planeta, el Arrecife Mesoamericano, y una de las regiones con mayores migraciones de aves del planeta, situándose como destino final o como espacio de vuelo entre Norteamérica y Sudamérica.
Gran influencia humana en la región
El Caribe ha sufrido una enorme intervención humana en forma de desarrollo turístico desde la década de 1980. Si bien los medios de comunicación se focalizan solo en el aumento de los huracanes, las sequías, el calor oceánico y las inundaciones, los impactos de estos eventos extremos tienen que ser comprendidos en relación al aumento de la exposición que el desarrollo turístico ha provocado. Así pues, el boom turístico ha representado el declive de los manglares y el aumento de la presión sobre los arrecifes de coral (exceso de visitas de buceo y anclas, sobrepesca para cubrir necesidades hoteleras, etc.). Todo ello ha alterado la protección que estos ecosistemas ofrecen a la sociedad en forma de freno ante las tormentas (huracanes, marejadas, subida del nivel del mar), como sustento de alimentación y como mejora de la calidad del agua, entre otros beneficios.
Ciencia para el apoyo de políticas regionales
CORESCAM se apoya en proyectos pasados como SWAMP, para reforzar las conexiones que ya existen con los Gobiernos y organismos de la región y así favorecer un diálogo entre ciencia y gobernanza costera. CORESCAM puede ofrecer respuestas sobre cómo el cambio del número de eventos extremos y de sus intensidades está afectando a la estabilidad de los ecosistemas costero-marinos y qué acciones se pueden llevar a cabo (como, por ejemplo, priorizar zonas de actuación, revisar políticas de reducción de riesgos e incluir protección de ecosistemas costeros, favorecer sistemas de monitoreo incluyendo alerta temprana, programas de restauración de manglar y de arrecifes, revisión de la situación de las áreas naturales protegidas y sugerencias de mejora para garantizar la provisión de servicios ecosistémicos a largo plazo).